domingo, 24 de enero de 2010

Análisis de una pulsión oral

Un diente golpea el borde de un vaso de vidrio color marrón pero no se lastima ni se parte, sólo grita "ay". La mano toca al diente en busca de sanas evidencias, y las encuentra. El pegote llegó a resistirse contra el agua que apareció, entró y siguió por la garganta hasta donde debía seguir. Esto significa que el pegote es la consecuencia de la buena razón por la cual el vaso llegó a la boca y el diente al borde, o algo así; y que si no hay signos preocupantes, la razón puede continuar.
La mujer llega, agarra el vaso, agarra la mano, agarra el diente, la boca y las sanas evidencias. Siente el alivio hasta que encuentra el pegote. Como toda buena madre que se precie de serlo, limpia el pegote, lava el vaso y tira lo demás a la basura.
Ahora el pobre Ricky grita "ay" en forma de llanto, porque no puede continuar con su obsesión de comer su chupetín mojado en agua y tomar el líquido coloreado sabor frutilla.
La madre sigue sintiéndose buena madre.

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