domingo, 24 de enero de 2010

El retocador de sueños


Era en los sueños cortos donde al retocador de sueños le gustaba meterse. Sueños de colores rojos, pestañear profundo, y cama mojada. Era un sueño equivocado el que le cambió la vida al retocador. Y no se supo nunca, ni se sabrá nunca jamás, si el error fue con ganas o, sin querer, SIN QUERER, salvó tantas ilusiones. Fue a meterse en las sábanas desprolijas de la cama del cuarto de arriba de la vecina del piso 6, la que dormía sin paz. Más que sueños eran pesadillas, que la despertaban una, dos, tres, cuatro veces. Más que una interrupción, más que un retoque. Él se hizo cargo así. Ahora ella puede estar despierta y soñar, y no esperar el minuto exacto en que cierra los ojos y desespera. Ahora él se hizo cargo así. Él la interrumpió a las 3 de la mañana y a las 3 y 5 se durmió. Ella también.

1 comentarios que comentaron.:

Anónimo dijo...

Ellos duermen por fin, pero todos empezamos a soñar con sus relatos.

Saludos.