No es un embarazo real si no podía sentir antojos y mandar al marido a comprar jalea a las 5am de madrugada de invierno. No había casa, ni chimenea, ni pantuflas sobre suelo encerado. No había marido, simplemente. Y a las 5 am nadie iba a comprar nada. Ni tampoco ella se despertaba sin antojos a esa hora. Dormía. La cama no estaba calentita y la fogata interna no estaba saciada. No había llama encendida ni llama apagada. No había sexo. No había niño. No era un embarazo real porque no tenía antojos. No estaba embarazada.
¿Era la hora de salir a buscar marineros fornidos? No, no había. Sólo quedaban unos pocos puercoespines.
lunes, 5 de julio de 2010
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2 comentarios que comentaron.:
¿escribes sobre un cilindro y luego trasladas las palabras hacia una superficie plana, , lineal?...tienes una prosa original, de cilindro, espiral...
edgar marroquìn
Jajaja, me parto contigo.
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