jueves, 28 de octubre de 2010

Pensar en Sara.

Y el pibe entonces pintaba, usaba las manos. Sara se llamaba. Usaba el hierro, el papel, la madera. No, el papel no, me equivoqué. El papel lo usaba ella, a quien llamaremos Nora. Nora, con N de Nadie. Y acá están estos dos, que no tienen nada que ver entre sí pero algo se conocen. El pibe un día viajó unos cuantos kilómetros, unos 400 pongámosle, sin saber para qué. Se quedó en Baires porque se quedó, sin causa aparente ni escondida. Pasaron los días y con toda su inocencia consiguió un laburito. Nada importante. Tampoco tanta era su inocencia, supongo. Pero ahí nomás se cruza con Nora, que en realidad fue quien le dio laburo, y nada. No pasa nada, apenas se conocen, ya lo dije. Él se concentraba en el aire y momificado se quedaba mirándolo. Sí, lo podía ver, medio extraño. Medio extraño el pibe y medio extraña su capacidad de mirar el aire, pero les juro que no miento. Y ella nada que ver, sólo necesitaba alguien que le haga un trabajito y se le ocurrió darle una mano. Pero algo, a los cinco minutos de contratado, le sorprendió. Algo que le generó algo. Algo que tendría que ver con el enduído seco. No sé qué significa, perdón que no pueda contarlo. Cuestión que Nora ahora está sentada lejos de Baires, muy lejos, con una hoja en blanco adelante pero intentando ver el aire. El aire, es el aire la clave. Respirá profundo, Nora.

4 comentarios que comentaron.:

javier arias dijo...

Al releerlo, ya no estoy tan flaco... ver el aire... cuantos ecos, cuantos ancestros viajando sin que nadie los vea, solo quien mira el aire... chevere...

Emiliano Pardavila dijo...

ver el aire es ver una porción de nuestra vida fuera, allí donde todas las vidas se juntan, se hermana, se funden... ahí donde todos somos uno, somos vida, naturaleza...
me gusto mucho el relato... y la imagen de ver el aire me parece increiblemente buena...
un gusto pasar por aca

Anónimo dijo...

Muy bueno, de veras. Y no solo "bueno" sino hermoso y original, bello. Sin necesidad de extensiones...

Armando Valdés-Zamora

Javier dijo...

Con cada lectura q hago, encuentro un punto de vista distinto, un matiz q se lleva la atención a otro lugar nuevo. Pero por q escribir si puedo seguir leyendo?
Buen trabajo!