domingo, 24 de enero de 2010

Carta a un HOMBRE MODERNO

No puedo opinar que un hombre es divino porque divino, lo que se dice DIVINO, proviene de algún dios del más allá (o más acá?). Y difícil es usar ese adjetivo con ese sustantivo para una mina que gusta de hombres bien mundanos. A saber: sucios, algo grotescos, algo peludos, algo panzones. También divertidos, inteligentes, y bla. Pero no divinos.
Así y todo, esa palabrita no te trae a la cabeza al famoso "encantador"? sí sí, a mí sí. Encantador en lo más profundo de la palabra, que encanta, hipnotiza. Encantador de serpientes sos vos. De esas que al nombrarlas se tocan una teta! y te tocan el huevo izquierdo! Te ponés tu disfraz de aventurero de las indias y las encantás. Entonces vos serías un buen candidato a un baile de máscaras organizado en el cielo...
Pero después, cuando te sacás la careta de encantador chupamedias del divino, sólo quedás vos. Y a vos sí te banco, te quiero. Así que no, no sos divino, y mejor que no lo seas conmigo.

Firma: LA ESTRELLA FUGAZ

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