viernes, 12 de agosto de 2011

Improvisadas

No te escucha porque no está concentrada en lo que decís. Capaz decís cualquier banana o capaz estás en otra frecuencia, otro lugar, otro momento pero acá no. No te escucha, esa es la cuestión por la que vos estás gritando como un desaforado vestido en pijama, con las luces de la habitación medio bajas, el café frío que tiembla en cada golpe y la notebook encendida que, si tuviera vida, se moriría de ganas de colgarse, tildarse, apagarse. Y ella como si nada, en parte te considera un chiste y en parte no le importa. Está vestida para salir, no sabés que es viernes a la noche? Por qué tomás café si hay tanto whiscola ahí en la calle?, te pregunta. Y vos, gritos sordos. Por mi parte, ya no sé cómo decirte. Seguí buscando mujeres fatales por Facebook y seguí dejándonos a nosotras a un lado; pero no te quejes, después, cuando no te lave más la ropa.

2 comentarios que comentaron.:

Angel dijo...

se me ocurrió pasar hoy por esta tu casa y, mira tú por dónde, me encuentro con este texto tan magnifico, ideal para asomarlo hoy a mi ventana.
Un abrazo desde el Sur

en ver o símil dijo...

Gracias Ángel! siempre dejá la ventana abierta para que entre el viento...