martes, 9 de marzo de 2010

O más bien dos

Había un hombre malo, malísimo, o más bien dos, que se deslizaban por unos túneles angostos por debajo de una pared, con toda la mala intención de entrar a robar cheques de terceros en una fábrica de zona sur del Gran Buenos Aires. No era muy buena la idea, porque los cheques pueden ser anulados o algo así. Pero no había caso, no podían atraparlos. Corrían, se escondías, tiros, balas doradas, operarios con mamelucos, agua, barro entonces, y oscuridad. La policía llegaba y no, no lo lograba. Estaban ahí, debajo de la tierra, no podían sacarlos. La desesperación crecía, una suerte de impotencia.
Y ahí queda la historia, eso es todo lo que soñé.

4 comentarios que comentaron.:

chino dijo...

me paso algo parecido pero con un koala

Saniakob dijo...

Estás más loca que una cabra loca...y por eso te quiero un montón... BESOTE

Agustín Molina dijo...

boqueteros inútiles? ladrones pavotones pero escurridizos?
cheques de terceros con desconocimiento de existencia de fondos en cuenta?
o un vino tinto malo?

Édgar Ahumada dijo...

Está genial. Me quedé tan "frizeado" como el resto, supongo. Y es que así son los sueños, de pronto se cortan.
Al postearlo aquí das la oportunidad de que cada quien lo termine, como esas películas con finales alternativos.
¡Saludos!