domingo, 11 de abril de 2010

Hisopo

Tenía pensamientos sucios hasta que, con un hisopo, se limpió el cerebro.

(No es casualidad que también hisopo se llame el utensilio utilizado por la iglesia para dar o esparcir agua bendita.) 

Tenía pensamientos sucios hasta que, con un hisopo, esparció cera sobre los comensales.

(Convertir la mugre en algo funcional al Papa de turno, limpia el alma.)

Luego sí, comieron papas al horno.





3 comentarios que comentaron.:

SantiagoPabloRomero dijo...

Cuántos
subordinados
de dicho papa
habría que darle con el
hisopo, antes que pudieran
siquiera probar las papas.

Un besino, Ce.

Anónimo dijo...

Estupenda combinación de microfiones para crear una historia absurda, Ce.

Anónimo dijo...

no es fàcil escribir en espiral y en encrucijadas, a la vez...

estupendo blog

edgar marroquín